¿Qué es la fascitis plantar?

La fascitis plantar es la inflamación del tejido que recubre la planta del pie y aunque se puede producir en cualquier punto de su estructura la lesión más frecuente se sitúa en la parte en la que se fusiona con el calcáneo o zona más próxima a la parte trasera del pie.

El tejido está compuesto en su mayor parte por colágeno y elastina lo que lo hace muy elástico teniendo una gran función biomecánica al caminar ya que sujeta el arco de pie y absorbe los impactos que se producen cuando andamos, corremos o saltamos.

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Síntomas y causas

El síntoma principal de la fascitis plantar es un gran dolor en la zona de la planta del pie más próxima al talón que se produce con más intensidad cuando damos los primeros pasos después de dormir.

Aunque el punto de máximo dolor sea la parte más próxima al calcáneo se puede extender hacia la parte delantera y detectarse mediante la palpación con los dedos o al flexionar el pie.

Pese a que conforme pasan las horas el dolor suele desaparecer este vuelve a manifestarse si estamos largos períodos de pie o al levantarte después de haber estado sentado.

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Las causas que producen la lesión siguen siento una incógnita para los especialistas aunque los diversos estudios si que han puesto de manifiesto que existen factores que riesgo que favorecen notablemente la aparición de la fascitis plantar entre los que caben destacar:

La Edad ya que estadísticamente se sufre mayor riesgo de lesión a partir de los 40 años de edad
Ejercicios que hagan mucha presión sobre la parte del talón como pueden ser los maratones o el ballet así como el sedentarismo y el sobrepeso.
Profesiones que exijan estar numerosas horas de pie sobre una superficie dura como pueden ser los camareros o maestros especialmente si se tiene algún tipo de problema en el pie ( pies planos, arco excesivamente elevado… ).
Un calzado inapropiado o la falta de movilidad de los tobillos también se han expuesto como factores que facilitan la aparición de la lesión.

Tratamiento

Curar la fascitis plantar es un proceso largo aunque la gran parte de los pacientes se recuperan mediante tratamientos caseros que incluyen los siguientes aspectos:

Aplicar frío en la zona dolorida envolviendo hielo en una toalla, con una bolsa de guisantes congelados o comprando una gel refrigerante en una farmacia.
Estiramientos suaves que ayuden a recuperar la flexibilidad del tejido lesionado.
Evitar las actividades que favorecen el dolor. Sentarse de vez en cuando si tu trabajo te obliga a estar numerosas horas de pie o por el contrario dar pequeños paseos si pasas numerosas horas en reposo.
Cambiar de zapatos y desechar el uso de zapatos o zapatillas con la suela muy desgastada y usar plantillas especiales.
Mantener un buen peso y hacer ejercicios de bajo impacto como pueden ser nadar o rodar en bicicleta.
El uso de analgésicos como el Ibuprofeno o el paracetamol puede ayudarte a combatir el dolor en sus fases más agudas.

Pese a existir estos tratamientos caseros que pueden ayudarte la recomendación es visitar siempre al médico pues existen otras vías dependiendo de la gravedad de la lesión que pueden incluir el uso de férulas, vendajes, estimulaciones eléctricas o en casos extremos puede que se requiera una intervención de cirugía.

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Ejercicios para la fascitis plantar

Existen una serie de ejercicios que con constancia hacen que el ligamento se vuelva más flexible y se fortalezcan los músculos de la zona.

Agarrar el dedo gordo del pie y tirar de él hacia delante y hacia detrás.
Sentado en el suelo con las piernas estiradas enrollar una toalla, coger cada extremo con una mano, pasarla por la zona delantera de la planta del pie y hacer fuerza con el pie hacia adelante.
Estiramiento de pantorrillas contra una pared.
Coger y levantar canicas con los dedos de los pies
Rodar una botella de agua congelada con la planta del pie.
Ejercicios y estiramientos para curar la fascitis plantar

Elegir calzado

A la hora de elegir el mejor calzado que te ayude a aliviar los síntomas de la fascitis plantar estas son las características principales que tienes que tener en cuenta:

Escoge un calzado cómodo y mullido.
Busca zapatillas que sean altamente transpirables.
Una buena protección de la zona del tobillo ayudará a mitigar el dolor.
Si las plantillas se pueden reutilizar y cambiar por unas nuevas mantendrás tu calzado siempre en óptimas condiciones.

¿Qué es lo que hay que evitar?

Zapatos no transpirables.
Deberás de dejar de usar tanto zapatos muy planos como tacones altos.
Zapatos de vestir y los que tengan la suela redondeada.

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